Que el asma no te frene: cómo compaginar el deporte con el asma

Descubre los consejos profesionales sobre cómo compaginar la práctica deportiva con el asma.

La práctica habitual de deporte es importante para tener una vida sana y en el caso de las personas con asma, no es una excepción.

Según los últimos estudios, el ejercicio físico no sólo nos mantiene en forma, sino que fortalece el sistema respiratorio y ayuda a mejorar los síntomas de la enfermedad.

¿El ejercicio físico desencadena los síntomas del asma?

Al realizar ejercicio físico, puedes sentir síntomas como sibilancias, opresión en el pecho, tos, o dificultad para respirar que pueden durar entre cinco minutos al comenzar hasta quince minutos después de acabar la actividad.

Es la denominada asma inducida por el ejercicio o broncoconstricción inducida por el ejercicio.

La aparición de estos signos y síntomas se produce por un estrechamiento de las vías respiratorias y le puede ocurrir a cualquier persona, sufra asma o no.

Sin embargo, se estima que les ocurre al 50-90 % de los asmáticos y por ello, se considera que el ejercicio puede desencadenar los síntomas.

Si al realizar deporte notas cualquiera de los síntomas o signos descritos, acude a tu médico para que pueda valorarlo.

Ejercicios recomendados para personas con asma

Antes de elegir un deporte, siempre ten en cuenta que el asma es una enfermedad crónica muy heterogénea y que cada persona tiene unas características diferentes.

Por ello, lo mejor es valorar las diferentes opciones con tu médico.

De manera general, los ejercicios recomendados para practicar si padeces asma, son aquellos en los que los pulmones no se sobrecargan, es decir, actividades de baja intensidad o que requieran esfuerzos de corta duración como:

Natación

Esta actividad además de realizarse en un ambiente cálido y húmedo, evita la exposición al polen.

Presta atención cuando nades en piscinas cloradas, debido a que estas sustancias podrían inducir los síntomas.

Caminar o hacer senderismo

Son actividades de baja intensidad que facilitan la respiración, dado que el cuerpo se ejercita sin realizar un esfuerzo prolongado.

Si lo haces en el exterior, es importante asegurarte de que el aire no sea seco y frío y que no estén altos los niveles de polen.

Además, en el caso del senderismo, es mejor intentar elegir rutas sin pendientes pronunciadas.

Ciclismo

Al igual que las anteriores, se puede hacer en interior o exterior y permite llevar un ritmo pausado sin que implique un esfuerzo constante.

Actividades de corta duración

Deportes como el béisbol, voleibol o golf requieren hacer esfuerzos de manera puntual e implican descansos, que ayudan a que tus pulmones no se vean sobre saturados.

Aun así, el asma tampoco tiene porque representar una barrera a la hora de realizar otras actividades, como por ejemplo ejercicios de fuerza, ya que se puede ir mejorando la capacidad física poco a poco si se cuenta con la ayuda de un entrenador cualificado y siempre y cuando se cuente con la supervisión de un profesional.

Consejos para la prevención de los síntomas del asma al hacer ejercicio físico

Además de elegir ejercicios físicos de baja intensidad puedes seguir estos consejos para prevenir la aparición de los síntomas del asma durante el ejercicio:

  • Haz un calentamiento suave durante al menos 15 minutos, variando la intensidad.
  • Realiza ejercicios de respiración antes de comenzar.
  • Evita practicar deportes en lugares con altos niveles de contaminación, así como con climas secos y fríos.
  • Respira por la nariz para que el aire se caliente y humedezca antes de llegar a tus pulmones.
  • Evita los posibles factores desencadenantes, por ejemplo, practicar en el exterior con altos niveles de polen si eres alérgico.
  • Cuando hagas ejercicio en climas fríos, cúbrete la boca con mascarilla o bufanda.
  • Asegúrate de tomar la medicación prescrita por tu médico antes de hacer ejercicio.

¿Cuándo debemos buscar tratamiento inmediato para el asma?

Es necesario que acudas al médico si durante la práctica del ejercicio observas:

Síntomas como dificultad respiratoria, con falta de aire y sibilancias que empeoran de manera rápida.

Si al usar el tratamiento indicado para el asma, no observas mejoría.

El asma no es un impedimento para realizar ejercicio físico, al contrario, una vida activa puede ayudar en el control de la enfermedad. La clave está en encontrar el enfoque adecuado para cada persona.

Antes de realizar cualquier actividad deportiva, consulta con tu médico habitual y sigue sus consejos y recomendaciones

Bibliografía:

BEM-LD26-06/26

Escrito por María Pérez Sánchez

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